Todos los hogares y familias son tan diferentes que es muy difícil llegar a cualquier generalidad acerca de la cultura canadiense en el hogar. Las familias en Canadá se caracterizan de muchas maneras diferentes más allá de la imagen tradicional de un matrimonio con sus hijos viviendo bajo el mismo techo. Las familias canadienses son de todo tipo y tamaño y todas son formas aceptadas de familia de acuerdo con la ley canadiense: muchas tienen solamente un padre, algunas son familias “mixtas” con padrastros y madrastras, hijastros e hijastras, muchas familias tienen padres de diferentes razas y religiones, muchas tienen padres no casados en uniones de hecho, algunas familias tienen padres que son parejas del mismo sexo, algunas familias tienen hijos adoptados, otros padres son familias adoptivas y en algunos hogares, varias generaciones viven juntas. Las familias canadienses tienden a estar muy involucradas en la comunidad local, son hospitalarias y tienen una visión positiva del futuro.
Los canadienses valoran sus familias pero como Canadá tiene muchos inmigrantes y su tamaño es enorme, es posible que los parientes consanguíneos inmediatos no vivan en la misma localidad ni en la misma provincia. Los canadienses viajan frecuentemente grandes distancias para estar juntos para los eventos familiares especiales como bodas, o para las celebraciones de Navidad o durante el verano. Debido a que es posible que los parientes no vivan cerca, los canadienses tienden a formar amistades con otras personas que no son miembros de su familia, frecuentemente socializan los fines de semana y se reúnen para los eventos especiales.
En la mayoría de los casos, ambos padres trabajan fuera del hogar; una tendencia común es que uno o ambos padres trabajen desde una oficina en casa. Dependiendo de los compromisos de sus carreras, como el trabajo en turnos o el que deban viajar, puede ser que un padre esté ausente del hogar en diferentes momentos.
Los canadienses valoran la educación y hacen un gran esfuerzo para ayudar a los niños para que tengan éxito en la escuela. Esto puede significar que la familia tenga comunicación frecuente con los maestros y administradores escolares o que ayuden a los niños con las tareas después de la cena.
Las familias canadienses también valoran la participación comunitaria, la cual puede ocurrir de muchas maneras; algunas de las actividades familiares comunes son los deportes (como jugar en un equipo de hockey en hielo o esquiar) y los intereses culturales (como clases de música o danza). Muchas familias tienen afiliaciones religiosas y muchos eventos están relacionados con la asistencia a los servicios religiosos y a las reuniones sociales relacionadas. Además, muchas familias se ofrecen como voluntarias para contribuir tiempo y recursos a los menos afortunados y frecuentemente participan como familia en la recaudación de fondos de caridad para apoyar una causa.
En la mayoría de los hogares canadienses, toda la familia ayuda en las tareas del hogar, asimismo las responsabilidades de la crianza de los hijos se consideran una responsabilidad de ambos padres cuando hay más de un padre. En los hogares canadienses el hombre no es considerado como el “jefe de familia” ya que la relación conyugal usualmente es una relación entre iguales. Ambos, hombres y mujeres comparten las decisiones financieras para la familia y las mujeres tienen derecho a tener propiedad, así como tener sus propias cuentas bancarias y tarjetas de crédito. Canadá tiene leyes muy estrictas contra cualquier tipo de abuso familiar.
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